Grupo Luksic potencia su imperio hotelero en Croacia y pone hincapié en su “lucha contra la corrupción”
Plava Laguna -que opera decena de hoteles, resorts y campings-, concretó en 2018-2019 la remodelación de varias instalaciones y desarrolló una nueva estrategia de marca.
- T+
- T-
Son 20 hoteles, diez resorts, nueve campings y dos puertos deportivos. Todo con una capacidad de alojamiento que supera las 43 mil camas. Más del 75% es categorizado como 4 y 5 estrellas. Al año, factura unos US$ 168 millones y da empleo a unas dos mil personas.
Se trata de Plava Laguna, el grupo hotelero que el grupo Luksic controla en Croacia, y que acaba de concretar una completa transformación, que incluyó desde la remodelación de varias de sus instalaciones hasta una nueva estrategia de marca e identidad visual.
El cambio –que busca aumentar la competitividad de Plava Laguna y elevar el valor de la marca, entre otros ítems, según ha señalado la propia empresa- fue liderado por The Partners (ahora Superunion), con sede en Londres, que ha trabajado con clientes como Coca Cola, eBay y Vodafone.
“Un fuerte paso en el posicionamiento de Plava Laguna, después de la fusión (con Istraturist Umag, en una operación valorada en unos US$ 170 millones), se realizó a través de un significativo capital invertido en el año 2018 e inversiones planificadas en el año 2019, que acumulan más de 100 millones de euros (unos US$ 110 millones)”, explicó la compañía en su último estado de resultados disponibles.
La empresa, cuya valorización se estima en unos US$ 600 millones, precisó que la orientación estratégica de Plava Laguna apunta hacia el aumento permanente de la calidad del servicio y la mejora del proceso de negocios, con el objetivo de preservar la estabilidad financiera como premisa básica del grupo. Esto, según se explicó, quedó reflejado con la realización del mayor presupuesto de gastos de capital en la historia reciente de la empresa, por más de 60 millones de euros en 2018. La empresa también dedica una parte importante al análisis de los riesgos que enfrenta, donde incluye eventuales cambios normativos y la protección de los datos de sus empleados, huéspedes y socios.
También dedica espacio a la competencia. Explica que están expuestos al riesgo de pérdida de mercado ante el fortalecimiento de los competidores turísticos croatas en el este y al sur del Mediterráneo, como Turquía y Grecia, así como Egipto y países del norte de África.
También apunta a “la lucha contra la corrupción”. Sobre este punto, la empresa señala que aplica “altos estándares éticos” en los negocios, que implementa una política de “tolerancia cero” contra la corrupción y que promueve los mismos principios en las relaciones con los socios. Dice que prohíbe expresamente a sus trabajadores recibir o dar sobornos con el fin de obtener una ventaja para sí mismo o para las empresas del grupo.
“Cualquier comportamiento corrupto representa una violación grave de los derechos y obligaciones derivados de los contratos de empleo. Todos los procesos comerciales relevantes donde la corrupción es posible están bajo especial supervisión”, afirma el grupo turístico.
Davor Luksic es el encargado de los negocios de la familia en Croacia, país de origen del clan. Es nieto del fundador del conglomerado, Andrónico Luksic Abaroa, quien en 2002 puso parte de las fichas del grupo en el negocio hotelero en este país.
Tras la muerte de Luksic Abaroa, en 2005, el grupo es liderado por su viuda Iris Fontbona, y sus hijos María Paola, María Gabriela y Jean Paul Luksic Fontbona y su hijastro Andrónico.
El conglomerado es el más grande de Chile, con una fortuna de US$ 15.400 millones, según la revista Forbes, que ubica a Fontbona como la octava mujer con más dinero en el mundo.
El clan agrupa sus negocios industriales y financieros en el holding Quiñenco (Banco de Chile, CCU y Shell Chile, entre otros) y las compañías mineras en Antofagasta Minerals.